Biografía de Siddhartha
Comencé a los 6 con clases de órgano con pedales y canciones infantiles, aunque la música había venido a mí antes.
El maestro Don Rutilio me enseñó por algún tiempo y el coro escolar era un buen pretexto para salir de clases. A los 12 me despedí de las notas escritas y cambié de instrumento sin dudarlo; tomé una clase de batería y caprichosamente no quise más maestros.
Un par de años después de convencer a mi abuela que una batería sería el regalo perfecto de cumpleaños, mi casa se vio invadida por un grupo de jóvenes que me superaban en edad, con la idea de formar una banda, aunque en principio no eran los amigos que mis padres esperaban.
Pero luego de pasar por distintos nombres e integrantes, el grupo fundado hacía tiempo por Shaboomy y por mí, ahora junto a Picho y Cocó, se definía, crecía y tomaba seriedad, hasta que sin quererlo nos vimos obligados a nombrarnos formalmente: Fósforo Club.
A la par de esto, estudiaba una carrera técnica en audio con el consuelo de tener una actividad “alternativa” a la música y fue así que terminé cargando instrumentos y viajando por todo el país con Azul Violeta, con quienes, debido a una fractura en el brazo del baterista, aparecí como suplente de emergencia en un par de ocasiones. Al tiempo recibí invitaciones para participar como baterista invitado de proyectos como Sara Valenzuela, Joli, Sweet Electra y Enter.
Para ese tiempo, la batería había dejado de ser para mí el único instrumento de interés, y haciendo uso de guitarras y bajos ajenos, grababa maquetas austeras de sonidos que buscaban un espacio propio, hasta que un domingo por la tarde me di cuenta que había un buen puño de canciones guardadas en cintas que caducaban; impulsivamente decidí arriesgarme a dejar los proyectos en los que venía trabajando y dar inicio a una carrera en solitario que jamás había pensado hacer.
Pero por obra de la casualidad, dos días después de tomar la decisión de dejar mi primera banda, recibí una llamada que cambiaría mis planes recién nacidos y me pondría en camino directo a la Cuidad de México para hacer un ensayo a prueba con Zoé.
Unas semanas después, empacaba mis cosas y un montón de instrumentos que llenarían el vacío del cuarto en el que viviría.
Al mes de mi llegada vendría el primer concierto de la banda presentándose solos en el Teatro Metropolitano, dos fechas continuas con un lleno total.
Mientras, en las noches libres me dediqué a jugar con mis canciones y dar inicio al proyecto personal que no se dejaba abandonar, donde la primer canción con título me hacía una pregunta que yo mismo tenía que contestar, Why You?
Durante el siguiente año después de decir adiós a Zoé, me dediqué a componer, arreglar, producir y grabar por día y noche las canciones que habían estado esperando turno, experimentando conmigo mismo en un disco que describe de algún modo los pasajes del viaje que todos emprendemos y que nadie sabe a dónde llegará…
El resultado de lo anterior quedó plasmado en 11 temas y 12 fotografías que dieron respuesta a la pregunta que le dio nombre al material.
El disco cobró vida por sí solo y empezó a tomar su dirección. Me di a la tarea de formar una nueva banda que me acompañara en esta recién emprendida aventura.
No pasó mucho tiempo cuando las canciones empezaron a sonar constantemente en la radio, otras se colaron en películas y los videos en canales musicales.
A la par de las presentaciones en vivo por todo el país, el disco recibió excelentes críticas de la prensa especializada, entonces llegó sorpresivamente una nominación al Grammy Latino como mejor disco de rock solista.
El gran alcance de ese primer disco fue más allá de lo esperado para una primer placa independiente.
Luego de un año, el proceso de composición para el segundo disco comenzó. A diferencia de Why You? que se fue formando durante varias etapas, esta vez decidí alejarme del ruido de la ciudad, refugiándome en una cabaña en el bosque por dos meses en el invierno de 2010, dejándome acompañar por la soledad, que definió el tema central de lo que hoy ve la luz como Náufrago.
Durante este autoimpuesto alejamiento con el exterior monté un estudio con mis instrumentos conocidos y algunos nuevos, que me permitieron experimentar dentro de lo que yo bauticé como Forest Estudio.
En medio de ese lugar, los olores y sonidos que dejaban a su paso los días y las noches, dieron alma al Náufrago que ahora regresa de su exilio.