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Ya la décima no es una niña, en el campo encerrada. Ya está repartida en cada rincón, su esencia montuna.
No sufre ni se embetuna, bajo el polvo marginal, porque su sello rural, identidad dada en arte, sale del campo y comparte: Un Blues, en la capital
Ni memoria en salto y giro, ni palabrero a carreta. Juglares, sí, son poetas, y a mucha honra guajiros. Dos orillas de un torrente. Dos alas de una partida. Como frotando la vida, chispas saltan de dos mentes.
Guajiro, caramba Anda y devuélvame el alma Caramba, guajiro Beso diamante y zafiro Guajiro, caray Me va a llorar la comay Caramba, poeta No se apague Su cuarteta, no No se apague, no No se apague, no No se apague, no Nunca será suficiente Saber rimar si no enlaza Potrero, taller y plaza