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Dios mío, ¿dónde Tú estás? Dime la verdad, si aún oyes mi oraciones. (Dime la verdad). Dime la verdad. Perdona que te cuestione. (Perdóname es que...). Me pongo a pensar, a analizar, qué es lo que he hecho. Miro pa'l cielo, mis oraciones no pasan el techo. Dolor en el pecho, como quiera yo sigo pa'lante. Con mis interrogantes, ¿en dónde estará mi Gigante? Me persiguen y tropiezo, en mi espalda hay demasia'o de peso. Lo confieso, espero salir ileso de este proceso. Disculpa que tanto proteste, a veces quizá hasta moleste. Solo quiero que atención me prestes y Tu gracia se manifieste. ¿Será que Tú estás muy ocupado, trabajando en otras situaciones? No creo que me hayas olvidado, ¿o tal vez te fuiste de vacaciones? Dime la verdad, si aún oyes mis oraciones. Perdona que te cuestione y te pida explicaciones. Dime la verdad, y es que tantas preocupaciones hacen que yo mal reaccione y flaqueen mis conviciones. Dime la verdad, si Tú oyes mis peticiones, no mires mis condiciones, sino más mis intenciones. Dime la verdad, si por mis malas decisiones y otras razones, te fuiste de vacaciones. Y es que... mi mente se agota, más los pensamientos me azotan. Le sirves al Dueño del oro, pero sigues en bancarrota. Trato de crecer y más mermo, pensando en esto yo no duermo. Si mi Dios todito lo puede, entonces ¿por qué mi hijo sigue enfermo? No te encontré en mi cuarto, no te encontré en la iglesia. Dime si estás en Nueva York, en Punta Cana, si estás en Venecia. No puedo más, lo repito. Suento un silencio infinito. Dios mío, dime dónde andas; si es lejos yo te visito. Recapacito, dije cosas que no debía, lo admito, y si mi clamor es débil, entonces más fuerte te grito. Te necesito, Dios mío, responde que te necesito. Y aunque yo haya dudado de Ti, sigo creyendo en lo que Tú has escrito... ¿Por qué te abates, alma, dentro de mí? (¿Por qué te abates?). ¿Por qué no amaneces un nuevo día? Espera en Dios, mi salvación está ahí. Tú prometiste conmigo siempre estarías. Dime la verdad, si aún oyes mis oraciones. Perdona que te cuestione y te pida explicaciones. Dime la verdad, y es que tantas preocupaciones Hacen que yo mal reaccione y flaqueen mis conviciones. Dime la verdad, si Tú oyes mis peticiones. No mires mis condiciones, sino más mis intenciones. Dime la verdad, si por mis malas decisiones y otras razones te fuiste de vacaciones. Y es que, ¿a quién no le ha llegado el momento de frustación donde pensamos que Dios se fue de vacaciones y no nos está escuchando? ¿Pero sabes qué? Aún en ese silencio, Él sigue trabajando en cada uno de nosotros. Solo confía en Él y Él hará. Él prometió que iba a estar con nosotros en cada día de nuestras vidas.